
Durante mis vacaciones en Mongolia, recibí una solicitud inesperada de un cliente en Chile: buscar productos farmacéuticos en China. En pleno viaje, contacté a un fabricante chino especializado en esta industria, que producía justo lo que necesitábamos. Decidimos que lo mejor sería visitar la fábrica antes de regresar a Shanghái, así que organicé todo para viajar directamente desde Mongolia a Shandong.
Shandong, ubicada en el noreste de China y cerca de Beijing, es una de las provincias más grandes y pobladas del país. Su proximidad al puerto de Qingdao la convierte en un epicentro industrial, con innumerables fábricas en diversos sectores.
Preparativos y hospitalidad
Tras dos semanas de viaje por Mongolia, era evidente que necesitaba prepararme adecuadamente antes de una reunión de negocios. Aproveché mi llegada a Shandong para lavar ropa, cortarme el pelo y afeitarme, asegurándome de estar presentable.
Con todo listo, me reuní con el fabricante, quien me recibió con una cálida hospitalidad. Para darme la bienvenida, organizaron un típico asado chino, compuesto por una variedad de brochetas con la inigualable sazón local, cuyo secreto aún desconozco, pero que nunca deja de maravillarme. Este gesto inicial fue una gran muestra del nivel de atención y profesionalismo que caracterizó toda la visita.
Reunión y visita a la fábrica
Al día siguiente, me recogieron temprano en el hotel para llevarme a sus oficinas y fábricas. La recepción fue impecable, reflejando un alto nivel de profesionalismo. En la reunión estuvieron presentes la jefa de negocios internacionales, el vendedor regional y su asistente, lo que me transmitió el serio interés de la empresa en colaborar. Durante nuestra conversación, exploramos las oportunidades de negocio, revisamos su portafolio de productos y establecimos los primeros pasos para una posible colaboración.
La visita a la fábrica fue impresionante. Esta era una de las instalaciones más grandes que he conocido, con múltiples edificios dedicados a investigación, producción y almacenamiento, además de un gran número de trabajadores. La magnitud y el nivel de organización de la empresa dejaban claro por qué se destacaban tanto en el mercado interno como en el de exportación.
Una despedida con sabor a Xinjiang
Al concluir la visita, me invitaron a almorzar comida de Xinjiang, mi favorita en China. Este gesto fue particularmente significativo, ya que había mencionado casualmente mi gusto por esta cocina durante nuestras conversaciones. Después del almuerzo, me llevaron a conocer una atracción turística local, antes de acompañarme a la estación de trenes para mi viaje de regreso.
Reflexiones finales
Este breve pero intenso viaje marcó mi primera experiencia en el sector farmacéutico, una industria que presenta desafíos únicos debido a las estrictas regulaciones que la rigen. Fue una oportunidad invaluable para aprender y sentar las bases de un camino que espero conduzca a negocios fructíferos en el futuro. A pesar de las diferencias con otras industrias, esta experiencia me dejó una gran satisfacción y nuevas perspectivas para seguir explorando.
Shandong, con su riqueza industrial y su hospitalidad, dejó una impresión duradera, y espero que este sea solo el comienzo de una colaboración prometedora.