
La China International Import Expo (CIIE) 2024 fue nuevamente un punto de encuentro fascinante para el mundo de los negocios internacionales. Este evento, que se lleva a cabo en el imponente National Exhibition and Convention Center de Shanghai, es único en su tipo al enfocarse exclusivamente en promover las importaciones hacia China. Este enfoque, contrario a la mayoría de las ferias que impulsan las exportaciones locales, lo convierte en una plataforma estratégica para países y empresas que buscan destacar sus productos y servicios en el mercado chino.
Con más de 100 países participando, la CIIE no solo atrae a gigantes de la industria privada, sino también a gobiernos que invierten grandes sumas para proyectar su marca país, promover el turismo, sus exportaciones y atraer inversiones. Este año, como en ocasiones anteriores, no quise perder la oportunidad de explorar las posibilidades que este evento ofrecía para Habaki.
El ambiente de la feria fue, como siempre, deslumbrante. Con más de 150.000 compradores locales e internacionales recorriendo los pasillos, la magnitud de la CIIE reafirmó la importancia de China como epicentro del comercio global. Dividida en seis grandes sectores —automotriz, alimentario, industria inteligente, bienes de consumo, equipos médicos y servicios comerciales—, la feria abarca un espectro de mercados tan amplio que resulta casi imposible no encontrar algo que despierte el interés.
Un punto destacado de la experiencia fue el recorrido por los pabellones nacionales, donde los países participantes se esforzaron al máximo para dejar su huella en los visitantes chinos. Desde enormes pantallas interactivas hasta degustaciones de productos locales y presentaciones culturales, estos stands son una demostración del compromiso de muchas naciones con el mercado chino. Sorprende ver cómo incluso países pequeños o con economías más limitadas invierten grandes recursos para garantizar una posición en este escaparate global.
Sin embargo, el contraste fue evidente al llegar al stand de Chile. Una vez más, y como ya había observado el año pasado, la representación chilena fue modesta, limitada a un pequeño espacio donde un par de trabajadores chinos exhibían vinos, pero sin el dinamismo que mostraban otros países. Me hubiera encantado ver una participación más activa de representantes oficiales, grandes empresas chilenas o una estrategia que realmente aprovechara esta enorme oportunidad. Ojalá, en futuras ediciones, la representación chilena pueda estar a la altura del potencial que tiene.
Para Habaki, este año la CIIE ofreció algunas posibilidades interesantes, especialmente en el sector alimenticio. Destacaron los contactos que logré en el mercado de importación de frutas, particularmente cerezas, que son altamente demandadas en China en vísperas del Año Nuevo Lunar. Este interés refuerza la idea de que Habaki puede jugar un rol clave como puente entre productores chilenos y compradores chinos, conectando mercados en una dirección menos convencional pero con un gran potencial de crecimiento.
Más allá de las oportunidades inmediatas, la CIIE siempre es una fuente invaluable de aprendizaje. Observar cómo los exportadores de todo el mundo interactúan con empresarios chinos, entender sus estrategias y analizar las tendencias del mercado chino me permite ajustar la visión y el enfoque de Habaki. Mi objetivo es que estas experiencias no solo enriquezcan nuestra red de contactos, sino que también fortalezcan nuestra capacidad para desarrollar negocios sostenibles y exitosos en el futuro.
Sin duda, la CIIE sigue siendo un evento imprescindible para quienes buscan posicionarse en China, y una vez más, me dejó con una combinación de inspiración, aprendizajes y nuevos desafíos por enfrentar.