
El pasado 4 de mayo fui invitado a participar en la Bike Expo 2025, que se celebró en el Shanghai New International Expo Center (SNIEC), uno de los recintos feriales más grandes de Asia. Gracias a un intermediario habitual, el organizador me reservó un asiento entre unos 50 compradores internacionales, marcando el inicio de una jornada llena de encuentros y descubrimientos.

Sesión intensiva de reuniones
Nada más sentarnos en la sala principal, arrancó una dinámica imparable de presentaciones: durante casi tres horas, fabricantes chinos se turnaban para mostrarnos sus productos en nuestras mesas. Bicicletas para adultos, modelos infantiles, bicicletas eléctricas, scooters, motos eléctricas y cascos, entre otros productos, la variedad fue inmensa, y, aunque resultó tan estimulante como agotador, apenas tuve que moverme del sitio para acumular decenas de potenciales proveedores.

Explorando los pasillos del SNIEC
Tras esa maratón, aproveché la pausa del almuerzo para recuperar fuerzas y luego salir a recorrer el enorme pabellón. La feria ocupaba varios halls contiguos, con cientos, quizá miles, de expositores ofreciendo toda la gama de componentes, repuestos y accesorios para la movilidad sobre dos ruedas. Me dediqué a identificar marcas y fabricantes novedosos, con la intención de ampliar mi catálogo y asegurar opciones si algún importador chileno o latino decide apostar por este sector.



Consideraciones finales
Al caer la tarde, cerré el día con más de 50 contactos sólidos y un conocimiento profundo de la industria ciclista china. Bike Expo 2025 me confirmó que, incluso en ferias muy especializadas, conviene combinar reuniones programadas con exploración libre: así uno encuentra proveedores establecidos y también pequeñas innovaciones que pueden marcar la diferencia. Sin duda, un gran paso para seguir conectando la oferta china con demandas de Latinoamérica.
